La jueza de Nueva York Loretta Preska rechazó este jueves el pedido formulado por la Argentina de extender el plazo para presentar garantías en el juicio que obliga al país a pagar USD 16.000 millones a fondos buitres, que tienen bonos depreciados por la expropiación realizada en 2012 por la entonces presidenta Cristina Kirchner y su ministro de Economía Axel Kicillof.
Preska había permitido cerca del final de noviembre a la Argentina no pagar los 16 mil millones de dólares del fallo adverso por la «expropiación irregular» de la petrolera YPF, fijando nuevas condiciones.
Sin embargo, el nuevo pedido de la Argentina en ese sentido, el de extender el plazo para presentar garantías de pago, este jueves fue rechazado por la misma Preska, confirmó el especialista en mercados de Nueva York Sebastián Maril, quien viene siguiendo en detalle el derrotero de este megajuicio que complica las delicadas finanzas de la Argentina. La expropiación fue avalada por CFK y la impulsó Kicillof, ahora gobernador reelecto de la provincia de Buenos Aires.
El 10 de enero próximo sería entonces la fecha límite o, de lo contrario, el 11 de enero empezaría el pedido de embargos contra la Argentina, explicó Maril. Se trata de un juicio en el que el Estado argentino ya fue condenado a pagar USD 16.000 millones por «haberse quedado de manera indebida» con la mayoría accionaria de la petrolera en 2012, cuando Cristina Kirchner era presidenta.
Preska determinó que no le otorgará al país una prórroga de 30 días que había solicitado para presentar avales. Así, si el próximo 10 de enero, en 20 días corridos, no se presentan avales por el total del monto en cuestión, el demandante del juicio podría comenzar a pedir embargos contra el Estado.
«Si este juicio es tan crítico como lo representa la República, uno pensaría que el nuevo Gobierno le prestaría atención inmediata», escribió Preska, según destacó en Maril, CEO de Latin Advisors y especialista en este dilatado juicio.
El juicio lo ganó el estudio inglés Burford Capital, que había comprado el derecho a litigar a socios minoritarios de la empresa, perjudicados porque Argentina no les dio el mismo tratamiento que a la española Repsol, a quien se le compró su paquete accionario por unos USD 5.000 millones. Este año la jueza dijo que ese reclamo era válido y condenó al Estado argentino a pagar esa pesadísima multa .
De esta forma, Burford, después de «invertir» algunas decenas de millones dólares en el juicio, se prepara para negociar por muchísimo más. «No sé si Argentina está en condiciones de presentar activos como aval sin pedirle permiso al Congreso. Y si lo hace parece poco probable que autoricen a este gobierno en medio de este contexto. Tal vez presente un activo para evitar embargos con un DNU que tiene que ser aprobado en 10 días, pero es una hipótesis», dijo Maril.
Consideró que «está claro que lo que pasa ahora no es responsabilidad del presidente Javier Milei. Todos los candidatos sabían que este tema existe y es grave. Se asesoraron correctamente con economistas, legisladores y especialistas tributarios y laborales, pero no se asesoraron con la demanda externa más importante que tiene el país», indicó.
Argentina tenía dos pedidos de «más tiempo». El que rechazó la jueza por 30 días, por los avales, y otro que le hizo a la Corte de Apelaciones, por 90 días, para interiorizarse más en la causa, del que aún no hubo respuesta. Para esta segunda solicitud, los argumentos de los abogados del Estado local, que por ahora siguen siendo los mismos –el estudio Sullivan & Cromwell– es que el gobierno necesita familiarizarse con el caso.
«Argentina desea honrar sus obligaciones y buscará dialogar con acreedores», dice el escrito. Si todo sale como está previsto por Milei, el nuevo jefe de los abogados del Estado argentino será Rodolfo Barra, quien fue confirmado como procurador del Tesoro, pero cuyo nombramiento aún no se oficializó.
Barra, quien integro la Corte Suprema y fue ministro de Justicia durante los gobiernos de Carlos Menem, tiene más de 75 años y el Presidente deberá firmar un decreto autorizándolo a ocupar el cargo.
ML/HB