Una amplia coalición pone en agenda que se debe poner freno a estas instalaciones de ‘última milla´, las cuales concentran miles de camiones contaminantes en las comunidades más pobres de El Bronx, Brooklyn y Queens.
Aunque activistas consideran que el proyecto ambiental, Ciudad del Sí (COYNC), tal como está concebido, significa un paso importante en la meta de la Gran Manzana, de reducir la emisión de carbono, hay una pelea pendiente que no está en el papel de ninguno de las propuestas de la Ciudad: La falta de regulaciones a la proliferación altamente contaminante de los galpones de las empresas de comercio electrónico, denominados como “última milla”.
Esta semana la administración de Eric Adams presentará sus argumentos ante las juntas municipales de Brooklyn, para que apoyen el siguiente paso de la iniciativa COYNC, cuya primera etapa ya fue aprobada por el Concejo Municipal. Esto permitió borrar regulaciones obsoletas que ponían obstáculos a los neoyorquinos, que esperaban por instalar bombas de calor o paneles solares en sus hogares.
Ahora el punto de honor de una coalición de expertos ambientalistas y líderes electos, es que hay que poner límites a un elemento contaminante, que se eleva a la par del crecimiento meteórico del comercio electrónico: Nada menos que los galpones que reciben mercancía de gigantes como Amazon y Fedex, que tienen una carrera por distribuir su mercancía rápidamente en los cinco condados.
Para ello se necesitan más y más camiones, que son altamente generadores de polución, ruido y tráfico.
“Estas instalaciones están creciendo y vemos vecindarios en donde los camiones operan 24 horas al día, siete días a la semana. Se están agrupando justamente en comunidades de color de bajos ingresos de El Bronx y Brooklyn”, razona Kevin García, planificador de transporte de la Alianza Ambiental (NYC-EJA).
Durante más de un año, grupos de salud pública han exhortado al Departamento de Planificación Urbana (DCP) a incorporar una enmienda al texto de zonificación en el plan ‘Ciudad del Sí’, que garantizaría a cada comunidad evaluar cómo estas enormes instalaciones afectarían la calidad del aire de su vecindario.
No son almacenes tradicionales
Los almacenes de ‘última milla’ de empresas como Amazon y Fedex, se diferencian de los tradicionales, por el alto volumen de carga y descarga de productos.
Sin embargo, este tipo de instalaciones no se distinguen en los códigos de zonificación C8 de la Ciudad de Nueva York y se pueden construir en todas las áreas comerciales y manufactureras.
Entre otras disposiciones, la enmienda que impulsan los defensores ambientales, es que las empresas de comercio electrónico den prioridad a métodos menos perjudiciales de entrega de bienes, como el uso de vías fluviales, ferrocarriles, bicicletas y vehículos eléctricos.
“No se trata solamente de la contaminación del aire. Hay comunidades agobiadas con la contaminación sónica y trancas infernales de vehículos. Lo que estamos promoviendo es que la Ciudad de Nueva York no siga viendo estos almacenes, como tradicionales, como de manufactura. ¡No! Son un poderoso elemento contaminante que hay que regular”, destacó García.
Algunos reportes arrojan que los camiones pesados, que representan menos del 5% de vehículos en circulación en estas localidades, contribuyen al 20% de las emisiones tóxicas de tránsito.
Poderosa coalición
En este panorama, ‘Last Mile Coalition’ una integración de organizaciones ambientalistas, defensores de la salud mental y pública, integrada por de Earthjustice, The New York City Environmental, Alianza por la Justicia Ambiental, The Point CDC, UPROSE, El Puente, Iniciativa Red Hook y Abogados de Nueva York para el Interés Público, luego de dos años conformada, se prepara para presionar mucho más en varios niveles, para que se regulen estas instalaciones.
Hasta ahora, la propuesta de enmienda que pondría ciertos frenos a la actividad de galpones de “última milla”, cuenta con un amplio apoyo de los residentes, propietarios de negocios locales, grupos ambientales y de salud pública. Así como los concejales Rafael Salamanca Jr. y Alexa Avilés y el presidente del condado de Brooklyn, Antonio Reynoso.
Esta poderosa alianza estará presionando con más fuerza desde este lunes 18 de diciembre a la DCP a incluir una enmienda, en la segunda ronda de discusiones de la iniciativa ‘Ciudad del Sí’, el ambicioso plan promovido por la Ciudad de Nueva York, para disminuir las emisiones de carbono.
“Reiteramos que el DCP los define como almacenes que pueden construirse por derecho propio, en distritos manufactureros y centros comerciales. Esto significa que mientras el proyecto cumpla con estos requisitos, no se requiere un proceso adicional de participación pública o ambiental”, destaca Mile Coalition en un comunicado.
La enmienda requeriría que los desarrolladores de estos galpones, en específico, soliciten un permiso especial, lo que requeriría que demuestren el impacto de las instalaciones en la congestión del tráfico y la posible contaminación del aire en las comunidades circundantes.
La enmienda también evitará la agrupación de instalaciones de última milla en comunidades desfavorecidas de primera línea, además alentará a las instalaciones a utilizar fuentes de energía renovables para actividades operativas.
Una “bomba” para la salud
En este contexto, siguen surgiendo datos, compartidos por NYC-EJA que pone sobre la mesa que la última encuesta del Aire Comunitario de la Ciudad de Nueva York, indica que los niveles promedio anuales de cuatro contaminantes clave han disminuido.
Sin embargo, surgen muy malas noticias. En los últimos años, hay evidencia de que las áreas con mayor densidad de almacenes de ‘última milla0, como Newtown Creek en Queens y Brooklyn, cerca del aeropuerto JFK, Sunset Park en Brooklyn y Hunts Point en el Bronx, tienen mayores niveles de contaminación.
Como reitera, el experto ambiental Kevin García al “omitir una enmienda al texto de zonificación en torno a la ubicación y las operaciones de estos almacenes en la iniciativa de la ‘Ciudad del Sí’, se estaría pasando por alto una profunda disparidad de salud que afecta a los neoyorquinos de color y de bajos ingresos”.
Expertos ambientales destacan que el 76% de estos camiones funcionan con motores diésel, que emiten más niveles de partículas poderosamente contaminantes de nitrógeno y óxidos, si se compara con motores de gasolina.
Y precisamente a pesar de las regulaciones ambientales federales, estos camiones diésel seguirán constituyendo la mayoría de las unidades de reparto durante al menos la próxima década.
Como destaca Last Mile Coalition, citando a la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas partículas son un contaminante mortal que puede penetrar profundamente en los pulmones, agravando los casos de asma y aumentando el riesgo de cáncer de pulmón, abortos espontáneos, ataques cardíacos y muerte prematura.
Se agrega que la exposición crónica a estas emisiones, aumenta significativamente reduce la función pulmonar, empeora los problemas respiratorios como bronquitis y enfisema, y está relacionado con dolores de cabeza e irritación de los ojos.
El mapa de los más afectados
Se estima que 16,3 millones de pies cuadrados de instalaciones, para procesar el creciente negocio del comercio electrónico, se han desarrollado en la ciudad de Nueva York, predominantemente agrupados dentro de Brooklyn, El Bronx, Staten Island y Queens.
Al menos ocho instalaciones se están desarrollando en vecindarios de Sunset Park y Red Hook en Brooklyn, en donde el 100% de los niños, menores de cinco años, viven a 0.5 millas de un almacén.
En estos barrios se han detectado altos niveles de partículas contaminantes, si se contrasta con otros vecindarios de la Gran Manzana.
En el caso específico de Red Hook, todo es peor. Con base al reporte compartido por Mile Coalition, allí el nivel de contaminación es casi tres veces mayor que toda la Gran Manzana. Y muy por encima del umbral “aceptable” por la OMS.
Miles de camiones y furgonetas de la empresa Amazon, circulan por estrechas calles de este vecindario del oeste de Brooklyn.
Como precisa una investigación de Consumer Reports, 2/3 tercios de los terrenos de esta zona portuaria, están destinados a la industria manufacturera, lo que permite que los galpones de ‘última milla’ se puedan instalar sin permisos especiales de la Ciudad y sin solicitar la aprobación de los vecinos.
Estos depósitos o galpones de última milla están alarmantemente concentradas dentro de las comunidades de color. En El Bronx han crecido específicamente en los barrios de Mott Haven y Melrose, y en los distritos comunitarios 5, 6 y 7 de Brooklyn.
Todas estas localidades están habitadas mayoritariamente por negros e hispanos.
Se tiene ya muy claro además, desde hace décadas, que Hunts Point y Longwood en el condado de la salsa, tienen los niveles más altos tasas de asma en la ciudad de Nueva York con el 9,7% de adultos diagnosticados.
Metas prometidas
Para reducir las emisiones, algunas gigantes tecnológicas y de transporte de paquetes han planteado que tienen proyectos proambientales para las próximas décadas.
En el caso específico de Amazon, ha dicho a medios nacionales, que planea desplegar 100,000 camionetas de reparto eléctricas en todo el país para 2030.
En el caso de Fedex, en un comunicado expone de manera general que “entre 2009 y 2022 nuestro volumen promedio de paquetes diarios creció un 142%. Incluso con ese increíble crecimiento, redujimos la intensidad de nuestras emisiones de carbono, en casi un 49 % en términos de ingresos durante ese mismo tiempo”.
La empresa de envíos declara en su web oficial que su objetivo es lograr “operaciones neutras en carbono para 2040”.
Datos que preocupan en Brooklyn y El Bronx:
– 34% de los residentes de Red Hook, uno de los vecindarios con mayor crecimiento de estas instalaciones de ‘última milla´ en Brooklyn son de origen hispano.
– 11231 es el código postal que incluye a Red Hook que tiene los niveles más altos de visitas a la sala de emergencias relacionadas con el asma que cualquiera de los códigos postales circundantes, según los datos que el Departamento de Salud del Estado de Nueva York recopiló entre 2018 y 2020.
– 2 zonas censadas que contienen el 80% de los residentes de Red Hook, las visitas a la sala de emergencias relacionadas con el asma, fueron más altas que el índice de Brooklyn y la ciudad de Nueva York, según un informe de 2018 de la organización Red Hook Initiative.
– 68.3% de los residentes de Mott Haven, Melrose, Hunts Point y Longwood en El Bronx son de origen hispano y en estas comunidades el número de hospitalizaciones por asma es tres veces mayor que el promedio de toda Nueva York.
Por Fernando Martínez